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ConversaciГіn De Peces
TEKTIME S.R.L.S. UNIPERSONALE
Panagiota Prokopi
Un rayo de sol se burlГі y se deslizГі a travГ©s de los pisos grises de varias plantas y se precipitГі en la ventana del quinto piso del Sr. Pensatore e iluminГі la oficina del abogado. DespuГ©s de unos momentos el rayo, despuГ©s de haber calentado la oficina y el agua en la pecera de la mesita frente a la ventana, saliГі en busca de otras ventanas. Antes de que otro rayo de sol llegara a la oficina, se escuchГі un juego de llaves que abrГan la puerta de la oficina vacГa y el abogado entrГі en la habitaciГіn, cerrando la puerta detrГЎs de Г©l. Fue a encender la luz pero antes de apretar el botГіn mirГі a la ventana y se dio cuenta de que no necesitaba mГЎs luz de la que entraba por la ventana.
Indice
LA PECERA (#ulink_34de3d40-2a4a-5e61-9f15-f11d84f26339)
LA ALDEA (#litres_trial_promo)
LA INMERSIГ“N DE ALTURA (#litres_trial_promo)
ConversaciГіn de peces
Panagiota Prokopi
La autora: Yota Prokopi naciГі en Atenas, vive en Europa y se considera una ciudadana del mundo. Le encanta investigar cГіmo funciona el lenguaje en el cerebro, traducir y escribir historias.
El traductor: Arturo Juan RodrГguez Sevilla
LA PECERA
Un rayo de sol se burlГі y se deslizГі a travГ©s de los pisos grises de varias plantas y se precipitГі en la ventana del quinto piso del Sr. Pensatore e iluminГі la oficina del abogado. DespuГ©s de unos momentos el rayo, despuГ©s de haber calentado la oficina y el agua en la pecera de la mesita frente a la ventana, saliГі en busca de otras ventanas. Antes de que otro rayo de sol llegara a la oficina, se escuchГі un juego de llaves que abrГan la puerta de la oficina vacГa y el abogado entrГі en la habitaciГіn, cerrando la puerta detrГЎs de Г©l. Fue a encender la luz pero antes de apretar el botГіn mirГі a la ventana y se dio cuenta de que no necesitaba mГЎs luz de la que entraba por la ventana. Fue a su escritorio, dejГі su maletГn y se arrodillГі frente a la pecera para buscar a su pececito. No se les veГa por ninguna parte. MirГі detrГЎs del naufragio donde guardaban sus huevos y tampoco estaban allГ, asГ que dio un golpecito con el dedo en el tanque, una seГ±al de preocupaciГіn que empezГі a aparecer en su cara. "ВїDГіnde podrГan estar?" se preguntГі a sГ mismo. LevantГі la otra mano y dio un golpecito con dos dedos. Afortunadamente, su amado pez apareciГі en la puerta de la torre y el abogado les sonriГі. Fueron directamente a su dedo para saludarlo y luego se apresuraron a regresar a sus huevos.
- AsГ que mis queridos pececitos - dijo el Sr. Pensatore mientras se levantaba y los pececillos le miraba hacia arriba - ВЎEntiendo que hoy es el dГa mГЎs importante vuestra vida! HabГ©is estado nadando juntos en el tanque durante tres aГ±os enteros, desde que erГЎis pequeГ±os, y por fin ha llegado el dГa en que os convertГs en padres. Me doy cuenta de que debГ©is estar muy ansiosos, asГ que os voy a tratar hoy -dijo tirando la comida en la pecera -.
ContinuГі hablando mientras comГan: “SabГ©is, nunca os he dicho esto pero cuando comprГ© esta pecera, querГa llenarlo de montones y montones de peces. Pero cuando os elegГ y os traje aquГ, primero Artles y luego tГє Bravado, supe que vosotros dos seriГЎis suficientes para la compaГ±Гa y me olvidГ© de traer cualquier otro pez. “Ah...” El Sr. Pensatore suspirГі y se sentГі en su escritorio para ver sus casos.
En la pecera…
- Mira, Bravado, el pobre Sr. Pensatore estГЎ triste otra vez... Creo que estГЎ llorando.
- "Hmm... humanos... vamos a ver a los niГ±os, es importante que estemos allГ cuando eclosionen, quiero ser una de las primeras caras que vean."
- ВЎDeja de preocuparte, sГіlo hay tres caras aquГ de todos modos!
- Quiero que mis hijos sepan que nunca los dejarГ© desprotegidos... Que siempre estarГ© a su lado y que...".
- ВЎBravado, mira!
- ВїEh? ВїQuГ©? ВїDГіnde? "ВїQuГ© pasГі?"
- "ВЎNuestro primer huevo estГЎ incubando!"
-“¡RГЎpido! ВЎDeprisa! Tal vez necesitemos hacer algo. ВЎTenemos que estar allГ! dijo el excitado padre y corriГі hacia el huevo que se movГa con determinaciГіn."
- “Bravado, vuelve. Saben muy bien qué hacer. No necesitan que te interpongas en el camino".
- “No me necesitan...” dijo Bravado, con la misma mirada triste que el Sr. Pensatore, pero ¿cómo pueden no necesitarme cuando son tan pequeños y vulnerables...? ¿Lo estás diciendo asà para ponerme de los nervios?
- No Bravado... honestamente, Вїno recuerdas cГіmo salimos del cascarГіn?
- Sabes que estaba solo en una pecera, hasta que te encontrГ© aquГ gracias al Sr. Pensatore.
- SГ, querida, pero incluso cuando estabas sola, ВЎestabas bien!
- “SГ, claro que sГ. ВЎAsГ que por eso pensГ© que mis padres eran el loro y el hГЎmster en las jaulas frente a mГ! "Fueron las primeras caras que vi..."
- SГ, sГ, pero nuestros hijos nos tienen a nosotros, ahora mira... AllГ... Otro huevo se estГЎ moviendo.
- Y el que estГЎ detrГЎs tambiГ©n, Вїlo ves?
- "ВїCrees que todos eclosionarГЎn al mismo tiempo?"
- Bueno, esperemos que estos tres eclosionen antes de que aparezca algГєn cliente loco que haga temblar la pecera con su voz molesta y ruidosa".
- ВЎDeja de hablar y mira! "ВЎViene el primero!"
- ВЎVamos! "ВЎAyudemos!"
Bravado corriГі hacia el reciГ©n nacido y la dulzura lo convenciГі de que saliera de su caparazГіn y entrara en sus brazos de bienvenida. Artles mirГі al Sr. Pensatore. Estaba muy pensativo y no se habГa dado cuenta de lo que estaba pasando. Los dos peces querГan mucho al Sr. Pensatore porque siempre les hablaba de las curiosidades de la vida. Puede que nunca hayan salido al mundo, pero a travГ©s de las palabras del abogado cada pregunta tenГa una respuesta. Y por eso odiaban verlo triste. Artles vio que Bravado tenГa las manos ocupadas con un reciГ©n nacido y estaba animando a otro, asГ que nadГі hasta la superficie y golpeГі con su aleta contra el vidrio. El abogado mirГі distraГdamente y corriГі hacia la pecera cuando se dio cuenta de que ella estaba tratando de llamar su atenciГіn. No le quitГі los ojos de encima y al pararse sobre la pecera vio que ella estaba mirando algo, asГ que siguiГі una corriente de burbujas que conducГa a los brazos de Bravado. Ya tenГa dos pequeГ±os en sus brazos y el tercero acababa de salir del cascarГіn. El orgulloso padre luciГі a sus hijos y el abogado comenzГі a crecer.
- ВїSabes quГ©? Me voy a tomar el resto del dГa libre. Me voy a sentar aquГ a tu lado. ВЎVoy a compartir tu felicidad! Los verdaderos amigos estГЎn ahГ cuando sus amigos estГЎn contentos y estГЎn contentos con ellos. No sГіlo quieren cosas buenas para ellos, ВЎtambiГ©n quieren estar ahГ durante las cosas buenas!
Se sentГі en el sillГіn de cuero marrГіn mГЎs cercano a la pecera y observГі en silencio a los dos padres mientras enseГ±aban a sus hijos a nadar y aquГ y allГЎ miraban a los que aГєn dormГan. Ya era mediodГa y el Sr. Pensatore se sentГa afortunado de no haber sido molestado, ni siquiera su secretaria habГa llamado a la puerta. PensГі que hoy habГa probado que habГa espacio para la felicidad tambiГ©n en este mundo, no sГіlo la tristeza que veГa en los tribunales. Mientras estaba sentado disfrutando de este pensamiento, alguien llamГі a la puerta. MirГі una vez mГЎs cuГЎntos huevos estaban aГєn sin eclosionar. Cuatro pequeГ±os nadaban alrededor de su madre, uno estaba en brazos de su padre y dos estaban en camino. Otro ya habГa sacado la cabeza del huevo y miraba a su padre que le hablaba.
- Bueno, pececitos, ВЎparece que es hora de una visita! dijo el abogado y fue a abrir la puerta.
- ВЎEsperemos que este cliente no sea acusado de pesca ilegal y acabe aterrorizando a los bebГ©s con sus historias! le susurrГі Bravado a Artles.
- “¡No seas tan pesimista! Y de todos modos, nuestros hijos son demasiado jóvenes para entender a los humanos".
Todos los peces miraron hacia la puerta, preguntГЎndose curiosamente quiГ©n aparecerГa.
- “¡Hola! Bueno, buenas tardes, supongo..." dijo una voz aguda que venГa de una mujer delgada con falda gris y chaqueta negra de pie en la puerta.
- ВЎHola..."! dijo el Sr. Pensatore incГіmodo al darse cuenta de que la mujer todavГa llevaba gafas de sol y le temblaba la barbilla mientras contenГa las lГЎgrimas.
- "ВїPodrГa molestarle con el asunto de mi divorcio?"
- ВЎOh...! - dijo el abogado todavГa distraГdo por las gafas de sol -, por supuesto, por favor, pase a mi oficina. Cuando entrГі en la oficina, el Sr. Pensatore cerrГі la puerta tras ella.
- Mi nombre es Ticker Lont y soy diseГ±adora. Mi marido decidiГі dejarme, asГ que me preguntaba si podrГa encargarse de mi divorcio.
- Entiendo. Por favor, siГ©ntese. El abogado hizo un gesto hacia el sillГіn que estaba mГЎs alejado de la pecera, pero ella lo ignorГі y se sentГі donde Г©l estaba sentado antes. Como no podГa sentarse junto a su precioso pececito, se sentГі en su escritorio. Se acercГі a una caja para buscar un pedazo de papel fresco y tomГі su pluma para anotar cualquier informaciГіn importante sobre el caso de la mujer.
- Entonces, Sra. Lont, Вїdijo que era diseГ±adora? preguntГі el seГ±or Pensatore, mientras intentaba mirar en secreto la pecera para ver si habГa eclosionado el Гєltimo huevo.
- SГ, diseГ±o marionetas de circo. Tengo un taller en el pueblo donde crecГ, no lejos de aquГ. Planeo volver allГ cuando terminemos. VerГЎ, Sr. Pensatore, sГіlo vine a la ciudad por mi marido, pero ahora que me ha dejado no tengo motivos para quedarme. DeberГa entender que... Hizo una pausa: “¿QuГ©?''. La Sra. Lont habГa sorprendido al abogado que miraba la pecera y tambiГ©n mirГі automГЎticamente.
- Oh... QuГ© pecera tan bonita... ВЎY quГ© peces tan hermosos! dijo la Sra. Lont mientras se quitaba las gafas de sol. ВЎAcabas de convertirte en padre!
- Lamento estar distraГdo... Estos peces han sido mi compaГ±Гa durante tres aГ±os y hoy es un dГa increГble para ellos".
- Oh no, por favor, no se disculpe. DeberГa disculparme con los peces por no haberlos notado cuando entrГ©. ВЎSon tan impresionantes que no merecen ser ignorados por nadie! “He estado tan triste desde que mi marido me dejГі que no me doy cuenta de mucho a mi alrededor". La Sra. Lont mirГі al abogado y frunciГі el ceГ±o al ver sus ojos rojos y llorosos.
- "ВїTiene peces, Sra. Lont?" Le pidiГі que se olvidara del divorcio.
- ВЎSГ! En el pueblo tengo un pequeГ±o lago cerca de mi casa y mientras vivГa allГ solГa pescar en el mar y llevarlos al lago. ВЎPero en algГєn momento el lago se llenГі tanto que tuve que dejar de traer nuevos peces porque no tuve tiempo de alimentarlos a todos!
En la pecera…
- Mira Bravado, una sonrisa ha enjugado las lГЎgrimas de la dama. "ВЎDebe haber amado mucho a sus peces!" dijo Artles mirando a la Sra. Lont.
- Tal vez si ella hubiera amado a su esposo como ella amaba a sus peces, Г©l no la habrГa dejado", dijo Bravado, orgulloso de pensar en un comentario tan inteligente.
No olvides que algunos peces... Quiero decir... ВЎLos humanos... son egoГstas! Artles se habГa apresurado a regaГ±arlo, pero ella habГa confundido sus palabras, por lo que su comentario quedГі sin respuesta.
En la oficina...
- AsГ que dГgame, ВїcГіmo terminГі diseГ±ando marionetas? preguntГі el Sr. Pensatore: "Dudo que haya conocido antes a un diseГ±ador de marionetas".
- Bueno... Me gusta su aspecto y me han... Encantado... ВЎDesde que tengo memoria! Donde hay marionetas siempre hay gente riГ©ndose. Y me encanta hacer feliz a la gente, asГ que vi los tГteres como una forma de hacerlo. “Espere, tengo uno en mi bolso''. La Sra. Lont mirГі en su bolso y sacГі una caja larga. AbriГі la tapa y sacГі un pequeГ±o trozo de papel de seda. Lo desenvolviГі y una marioneta con ropas doradas, un sombrero pГєrpura y zapatos rojos puntiagudos saludГі al Sr. Pensatore.
- "ВїHizo usted a este pequeГ±Гn?"
- ВЎSГ! Es el Гєnico que traje conmigo del pueblo. Es el Гєltimo que he hecho y he traГdo a la ciudad para comprarle telas nuevas y hacerle ropa nueva. Pero debido a la situaciГіn con mi marido no he estado de humor y Г©l ha estado en su caja hasta hoy. Hoy lo llevГ© a la ciudad por primera vez. "Lo llevГ© conmigo para asegurarme de que las telas que compro coinciden con el color de la madera de la que estГЎ hecho."
- ВїPuede ponerlo de pie para que pueda verlo un poco mejor?
- “Por supuesto... AquГ tiene...", dijo ella desplegando el tГtere y sujetГЎndolo por la madera atado con cuerdas a varias partes de su cuerpo.
- ВЎHay tantas cuerdas! Siempre me he preguntado cГіmo se las arreglan los titiriteros para moverlos tan bien.
- En realidad no es tan difГcil. Mire, este pedazo de madera se rompe en tres pedazos mГЎs pequeГ±os y eventualmente se vuelven a unir y cada pedazo controla diferentes cuerdas. Mire, la pieza derecha controla el lado derecho, la izquierda el lado izquierdo y la del medio controla el cuerpo y la cabeza. "Extraordinario, Вїverdad?"
- “Es como magia..." SusurrГі el Sr. Pensatore, que ahora estaba tan hipnotizado por la marioneta que se habГa olvidado del Гєltimo huevito. Y no era el Гєnico que estaba absorto en la marioneta.
En la pecera.
- ВЎBravado! exclamГі Artles.
- "ВїSГ, querida?" ContestГі Г©l.
- "ВЎMira a nuestro pequeГ±o!"
- SГ, puedo ver. "Les estГЎs enseГ±ando a nadar, lo estГЎn haciendo muy bien."
- “No ellos... AllГ... El Гєltimo ha eclosionado", Bravado volviГі la mirada hacia el huevo y agitГі la cabeza sorprendido al ver que el huevo estaba vacГo.
- Pero... ВїDГіnde estГЎ? le preguntГі a Artles.
- "No te muevas", le dijo ella, "estГЎ detrГЎs de ti".
- "ВїEn mi cola?" dijo Bravado, y arqueГі su cuerpo para verlo.
El pequeГ±o tambiГ©n estaba encantado con el tГtere. No estaba prestando atenciГіn a nada mГЎs. Ni siquiera se habГa fijado en su madre. Se quedГі quieto, mirando la marioneta. El Sr. Pensatore lo tenГa en la mano y la Sra. Lont intentaba enseГ±arle a moverlo.
- "Mira Artles..."
El pequeГ±o movГa sus aletas, su cuerpo, su cola y su cara, exactamente como el tГtere. Lo copiaba con tanta precisiГіn que Bravado mirГі por encima de Г©l para ver si tambiГ©n tenГa cuerdas de marionetas.
- ВЎOh! ВЎMira! ВЎMire ese pececito, Sr. Pensatore!
- SГ, ya han eclosionado todos -dijo el abogado sin quitarle la atenciГіn al tГtere-.
- Deje de mover la marioneta y mira.
- "EstГЎ bien, estГЎ bien, he parado."
- Shhh..... "Mira los pececitos en el tanque".
- Lo veo. No se estГЎ moviendo. ВїQuГ© tiene de especial eso, Sra. Lont? "ВїAcaso los peces en su lago nunca se detuvieron?"
- Mantenga sus ojos en Г©l y mueve la mano de los tГteres.
- "EstГЎ bien". dijo el abogado y tirГі de la cuerda correspondiente.
El pececillo inmediatamente moviГі la aleta.
- ВїВЎViste eso!? "ВЎSe mueven otra vez!"
Pero antes de que el Sr. Pensatore pudiera mover de nuevo la marioneta, Bravado corriГі y tomГі el pececito en sus brazos, diciГ©ndole a Artles:
- “Les prometГ a nuestros pequeГ±os, mientras aГєn estaban en sus huevos, que nunca los dejarГa desprotegidos. Y no voy a dejar que estos humanos se burlen de ellos tampoco".
- ВЎPero Bravado, sabes muy bien que el Sr. Pensatore nunca harГa daГ±o a ninguno de nuestros hijos!
- SГ, pero tГє lo viste por ti mismo, Artles –susurrГі-, mientras conducГa a los pequeГ±os hacia ella.
- ВїQuieres decir de una manera artГstica?
- Shhh, no hables demasiado alto, Г©l no debe saberlo y tampoco deben saberlo sus hermanos y hermanas.
- "Muy bien, cariГ±o... si tГє lo dices."
- ВЎPero yo le digo, Sr. Pensatore! ВЎEse pececillo estaba copiando los movimientos de la marioneta!
- “Estoy seguro de que debe haber estado confundida. Tal vez el reflejo de la marioneta en el tanque le engaГ±Гі y pensГі que era el pez el que se movГa. Y hoy estГЎ muy disgustada, lo que tampoco ayuda".
- Bueno... De acuerdo... Me voy a ir ahora y reservarГ© otra cita con usted sobre mi divorcio, pero voy a dejar mi marioneta aquГ, asГ que por favor, investГguelo por usted mismo, y vigile a ese pececito juguetГіn". dijo la Sra. Lont atando su cinturГіn alrededor de su abrigo y caminando hacia la puerta. ВЎAdiГіs, Sr. Pensatore!
- AdiГіs Sra. Lont, espero su llamada. Oh quГ© grosero de mi parte, ni siquiera le abrГ la puerta, se dijo a sГ mismo mientras la puerta se cerraba y se quedГі en silencio mirando del tГtere al pez. Ah... no voy a pensar mГЎs en esto hoy, ha sido un dГa largo para los peces, los dejarГ© descansar y tal vez les mire maГ±ana –dijo, y envolviГі las cuerdas alrededor de la marioneta y la dejГі en su escritorio-. MirГі el reloj y como ya era mediodГa se fue a casa para que los peces tuvieran tiempo para sГ mismos.
En la pecera…
- "Ah, querida, Вїno son hermosas nuestras pequeГ±os?"
- ВЎTodos tienen algo Гєnico! ВїQuГ© es lo que piensas? "ВїLes ponemos nombre?"
- Buena idea. "ВЎSiete nombres pequeГ±os para siete pececitos!"
- El azul con las aletas blancas deberГa ser “Nube” porque sus manitas parecen nubes.
- Y el verde con la cola naranja deberГa llamarse “Estrella” porque en la oscuridad su cola brilla como una estrella.
- "ВЎBien, cinco mГЎs para terminar!" contГі Artles.
- "El dorado con el contorno rojo alrededor de sus ojos deberГa ser Escarlata."
- "Y el todo negro debe ser “secreto” porque parece misterioso."
- Y luego... ВїCuГЎl es el siguiente?
- ВЎEse! La pГєrpura con rayas pГєrpuras profundas''.
- ВЎDefinitivamente copiaron todos nuestros colores!
- "ВЎPareces tener cualquier color que echo de menos!"
- ВЎSomos multicolores y hermosos!
- AsГ que mi hermoso hombre... ВїCГіmo deberГamos llamar a la pГєrpura?
“Sedosa”. "Llamémosla “Sedosa” porque se ve tan suave".
- "ВїY el siguiente es el plateado de allГЎ?"
- SГ, el plateado. Parece una princesa araГ±a. LlamГ©mosla “araГ±a”.
- “Son seis nombres para seis pececitos. Tenemos uno más".
Bravado y Artles se miraron.
- “¡Los colores de ese pequeГ±Гn hacen que parezca que lleva un disfraz!” Mitad plata, mitad rojo con aletas azules. Mira eso, Вїquieres? Su lado es plateado y el otro rojo. Y... Sigue mirando a la marioneta en el escritorio en lugar de jugar con sus hermanos y hermanas. TambiГ©n tiene algunas escamas negras que parecen botones en una camisa. Parece que le pidiГі prestada la ropa al Sr. Pensatore''.
- “¡Tal vez le gusta experimentar con diferentes miradas! O tal vez quiere ser un juguete como la marioneta!''.
Bravado suspirГі. MirГі al pececillo sentado solo en el rincГіn de la pecera esperando que se moviera el tГtere. Finalmente mirГі a Artles.
- Entonces, ВїcГіmo crees que deberГamos llamarlo?
- "Bueno, como a Г©l le gusta jugar..."
- "ВЎLlamГ©mosle... Juguete!"
- ВЎJuguete! Es bonito y le queda bien. ВЎ"Juguete serГЎ"!
El Sr. Pensatore saliГі de la oficina y el sol saliГі por la ventana. Pero aГєn no habГa oscurecido y todos los pececitos estaban jugando con sus padres, excepto Toy, que se escondГa detrГЎs del castillo en una pequeГ±a torre, mirando al cielo. ParecГa como si estuviera esperando ansiosamente algo, pero el sol se puso y su vista no cambiГі.
- ВЎBravuconadas, querida, hemos estado tan ocupados jugando con nuestros pequeГ±os que nos hemos olvidado de Toy!
- “Es verdad, hace tiempo que no lo veo, pero no te preocupes, estoy seguro de que está durmiendo detrás de una de las plantas."
- Voy a ir a buscarlo, es una pena que estГ© solo. Vigila al resto de ellos, Вїde acuerdo?"
- "EstГЎ bien, cariГ±o".
Artles querГa ser una buena madre para sus hijos y tratarlos a todos por igual. AsГ que empezГі a mirar detrГЎs de todas las plantas del tanque y despuГ©s de un rato llegГі detrГЎs del castillo. TodavГa podГa oГr dГ©bilmente a los otros niГ±os jugar.
- “Tal vez si le susurro contestará", pensó Artles.
- Juguete, juguete... ВїdГіnde estГЎs, pequeГ±o?
Pero Toy no respondiГі. ContinuГі mirando al cielo por la ventana de la torre. Artles lo vio y nadГі hacia Г©l.
- “¿Vas a quedarte aquà por tu cuenta? Ven y siéntate con nosotros un rato y podrás volver más tarde".
Toy ni siquiera la mirГі, asГ que se preguntГі quГ© estaba mirando tan intensamente que no podГa quitarle los ojos ni por un segundo. Ella siguiГі su mirada y mirГі al cielo. Nada particularmente especial. Estaba oscureciendo lentamente, pero eso fue todo. Como no habГa nada, Artles se puso delante de Г©l para enseГ±arle obediencia y para escuchar a sus padres. LevantГі la cabeza con confianza y levantГі la voz, dijo:
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